lunes, 5 de marzo de 2012

Es un mariposeo interior continuo, al poder comprobar que me miras. Tus ojos vergonzosos al mirarte hacen que surja una sonrisa en tu rostro sincero. Una sola sonrisa tuya me deja patidifuso todo el día, recordando tu mirada, tu pelo, tu cara, tus ojos, tu todo. Intento hablarte, pero no me salen las palabras, no sé qué decirte, o cómo entrarte. Mi consuelo es comprobar que me miras, que aunque no hablemos sepas que estoy ahí, que te importo. Sé que entre los dos hay algo, algo escondido, arropado por miradas y pensamientos ocultos que despiertan una intriga del uno por el otro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario